domingo, 18 de noviembre de 2012

El lugar maldito. Un relato para temblar de miedo



U
n día especial, un 31 de Octubre, una niña llamada Sara, se despertó en su cama, y, sin querer, se levantó con el pie izquierdo. En ese instante, comenzó a diluviar, y las clases se suspendieron por las fuertes lluvias. Como no tenía nada que hacer, telefoneó a sus amigas, y, se reunieron todas en la casa de Sara.
Sus amigas iban aterrizando en su vivienda de una en una; en primer lugar, llegó Andrea, rápida a más no poder, seguida de Eva, pensativa como la que más, tercera y sin aliento, compareció María y en último lugar, y no menos importante, Lucía.
Ya, con el aforo completo, empezaron a hablar de los fenómenos científicamente inexplicables, más conocidos como fenómenos paranormales. Sara se ausentó de la conversación porque ella, no cree en esos tipos de fenómenos y rápidamente, sus compañeras le preguntaron que por qué no decía nada. Por ese motivo, cambiaron de tema y dialogaron de Halloween.
-         “¿De qué os vais a vestir?” - comentó María.
-         “Yo creo que me vestiré de bruja” - respondió Andrea.
-         “¡Igual que yo! - contestó Lucía.
-         “¡No!, yo también llevo ese disfraz, espero que sean diferentes” - replicó Eva.
-         “¿Y tú María? - preguntó Andrea.
-         “¡Igual que todas vosotras!” - dijo María.
Ellas, siguieron hablando, pero, el mismo problema surgió en esta reunión. La anfitriona, Sara, no intervino en la charla. Cuando se dieron cuenta, intentaron convencerla y sí, por fin consiguió hablar, obligada, pero por lo menos dijo alguna palabra. Al final, sus amigas, con su colaboración, cogieron telas antiguas, y algunas nuevas, hilo viejo, aunque no usado y una aguja. Con eso, consiguieron realizar un traje muy realista, que sirvió para que, de una vez por todas, Sara consiguiera vestirse en Halloween, y celebrar, una buena y divertida noche.
Antes de irse a sus casas, el cielo escampó y decidieron ir a comprar spray, de diversos colores, para el truco, o caramelos, para el trato. Cada una de ellas se fue a su vivienda, pero antes pensaron lo más importante, a qué hora quedar. Al final determinaron que la hora sería las 21:00, y que se reunirían en el hogar de Andrea, unos 200 metros de diferencia con la casa de Sara. Ella, con su nuevo traje, decidió ponerle varios detalles nuevos, y mejores. A las 20:30, Sara ya estaba impaciente, además de nerviosa y decidió ir al domicilio de Andrea, donde no había nadie, aunque, a las 21 horas, comenzaron a venir Eva, María y Lucía, junto con la anfitriona, Andrea. Ya listas, vestidas y  con el spray preparado, comenzaron a tocar de casa en casa, de hogar en hogar, de vivienda en vivienda. Solo había una frase:
-         ¿Truco o trato? - decían todas, realmente contentas.
Siguieron hasta llegar a un domicilio, un tanto peculiar, que era completamente de madera. Allí, Sara decidió tocar el timbre, la puerta se abrió, y Sara desapareció.
Sus amigas, comenzaron a gritar desesperadamente el nombre de ella, pero nadie contestaba, ellas desesperadas, llamaron a sus padres y madres, además de al padre y madre de Sara. Todos ellos, empezaron a buscar rápidamente por toda la ciudad, de calle en calle, pero no había rastro de ella.
Un fenómeno paranormal acababa de ocurrir, una niña, cuyo nombre era Sara, tocó el timbre en un domicilio, y no se supo más de ella.
En todos los periódicos locales, nacionales y mundiales apareció esta noticia en portada, con un mensaje común:
“Si encuentran a una niña, llamada Sara, llamen al teléfono que se indica a continuación:”
Todo el mundo, impactado por esta noticia, decidió salir a la calle y buscar a la chica, que desapareció un 31 de Octubre, un día llamado, Halloween.
Andrea, Eva, María y, como no, Lucía, decidieron ir, a lo que podía ser, el infierno. Paso a paso, decidieron acercarse a la entrada. Ya era demasiado tarde, antes de pulsar ese botón, desaparecieron del lugar. El lugar maldito.
FIN
Javier E. 1ºA

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