Rubén era un chico normal de unos quince años. Era moreno,alto y llevaba gafas.
Un día estaba en el instituto con sus amigos, cuando Rafael le dijo:
-Toma, si yo te regalo cosas eres mi amigo, ¿vale?
A lo que él le respondió:
-De acuerdo.
Ese mismo día por la tarde fue a casa de su abuelo, y le preguntó qué debía hacer con un amigo así.
Estuvieron toda la tarde hablando. Cuando salió de casa de su abuelo era ya de noche, iba andando por la calle recordando todo lo que su abuelo le había dicho.
Una cosa recordó más que ninguna, tú eliges a tus amigos, nadie te obliga, y sobre todo que los buenos amigos están contigo porque te quieren con tus defectos y virtudes y no te tienen por qué regalar nada a cambio.
Iba andando muy deprisa, porque hacía frío y quería llegar a casa lo más pronto posible. De repente se chocó con alguien. Ese alguien era Eduardo, un compañero de clase. Eduardo le dijo que podían ser amigos y que podían quedar para ir al cine o con las bicicletas.
A los pocos días se hicieron muy buenos amigos, y un día Rubén le preguntó por qué Eduardo era tan buen amigo con él, a lo que éste le respondió que los buenos amigos están contigo porque te quieren con tus defectos, tus virtudes y sin nada a cambio.
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