Clara, la oveja negra
Érase una vez una niña muy sensible. Se llamaba Nuria. Tenía el pelo castaño con sus toques de mechas rosas y sus ojos azul claro. Ella tenía una amiga, la mejor, llamada Carolina. Esta era totalmente diferente a Nuria, muy fuerte, de pelo rubio y ojos marrones.
Un día a Nuria le incomodó mucho la manera en que criticaban su forma de vestir y pidió consejo a su mejor amiga Carolina.
- Carolina... ¿me puedes ayudar a vestirme mejor?
Ella con tono dudoso, preguntó:
-¿Por qué?
-Porque todo el mundo me critica por mi forma de vestir...
Carolina respondió:
-Te voy a contar una historia que escuché hace mucho tiempo, eso te resolverá tus problemas.
Nuria, muy intrigada, se acercó a Carolina y empezó a oír la historia.
Había una vez una oveja llamada Clara. Ella pensaba que la llamaban así porque no era como los demás, es decir, blanca, sino que era negra. Así que siempre las compañeras se burlaban de ella, porque era distinta. Clara, muy triste, deseaba cada noche que su lana cambiase de color.
Un día como cualquier otro, un campesino de otro pueblo, muy culto y emprendedor, decidió comprar una oveja y allí vio a Clara. Se impresionó tanto con su porte y el brillo de su lana, que ofreció unas cifras incalculables de dinero por esa oveja.
Desde entonces todo el mundo apreciaba el color de la lana de Clara. Todas las ovejas la envidiaban y querían tener el mismo color.
Clara fue muy feliz.
Carolina acabó el cuento. Nuria entendió perfectamente la moraleja y así, Carolina resumió la historia con una enseñanza:
No te aflijas si crees que eres diferente
ello te hace singular y único entre la gente
Yasmine 3ºB
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